

Gaceta de La Solana
92
Nuestra Historia
UNA DE TORMENTAS
>
La campanilla espantanubes de Marta y María, los cohetes antigranizo, las bestias ahogadas y otras historias
de las temidas ‘nubes’ de verano
P
aulino
S
ánchez
D
elgado
(C
ronista
O
ficial
de
la
V
illa
)
A
unque en la archiconocida pieza de música clásica
“
Las cuatro estaciones”,
de Antonio Vivaldi, se aso-
cian las tormentas con el verano, la verdad es que
este fenómeno atmosférico suele hacer acto de presencia en
cualquier época del año. Pero es en primavera y en verano
cuando su presencia aumenta y sus efectos suelen ser más de-
vastadores para las cosechas agrícolas en estas tierras de La
Mancha, cuando cultivos como los cereales están a punto de
ser cortados.
Recuperamos aquí un dato sobre la aparición de tormen-
tas en primavera de hace casi tres siglos, en concreto del año
1747. Un artículo firmado por A.I.G.C. en la revista de feria
del año 1971 titulaba
“Pequeñas efemérides solaneras de los
siglos XVI, XVII y XVIII”,
y dice lo siguiente:
“El 8 de abril
de 1747, lunes, llovió por la mañana. Martes, fresco y nubes.
Miércoles, llovizna y nubes. Jueves, nubes y día pardo……..”.
RAYO EN LA TORRE
En el libro
“De la fortaleza al templo”,
de Pilar Molina Cha-
mizo, (Biblioteca de Autores Manchegos de la Diputación de
Ciudad Real-2006), en su página 63 encontramos los efectos
de una tormenta en la torre de Santa Catalina. La historiadora
señala:
“En 1796, en el transcurso de una tormenta de vera-
no, un rayo cayó sobre el chapitel de la torre, causando al-
gunos destrozos, pero sin afectar demasiado a la estructura,
reparada por el maestro cantero Benito Membrillo, vecino
de La Solana.”
TORMENTA DE 1934
La primavera del año 1934 resultó tormentosa, tal vez avi-
sando de la llegada de un verano y un otoño bastante con-
flictivo en lo político y lo social. Las tormentas de finales de
mayo dejaron considerables pérdidas de las que tenemos
constancia por la prensa de la época y por las actas municipa-
les. El diario
El Pueblo Manchego
se hacía eco de una gran
tormenta el 26 de mayo, con graves daños causados por el
pedrisco, aparte de muchas pérdidas en las cosechas. Aquella
tormenta dejó un saldo de
“ocho bestias ahogadas”,
así como
numerosas reses de ganado igualmente muertas.
La sesión del pleno del Ayuntamiento del 28 de mayo de
1934 debatió esa perjudicial tormenta. El concejal Patricio
del Olmo manifestó que
“la nube de agua que descargó so-
bre la población el sábado anterior ha dejado el abrevadero
del Pilar completamente lleno de cieno”.
El edil pidió que se
acometiera la limpieza del mismo, así como el arreglo de la
boca de salida del desagüe, para cuyas obras ya tenía autori-
zación la presidencia.
Por su parte, el concejal Juan Nieto añadió otras indicacio-
nes. Señaló que la salida de la boca del desagüe
“se hizo para
favorecer la huerta que aprovecha las aguas residuales del
abrevadero, por lo que sólo se deben realizar gastos en lo que
esté verdaderamente dentro del Pilar.”
También manifestó
su opinión referente a que el alcalde prohibiera reedificar las
murallas de la llamada ‘Huerta del Convento’, arrasadas por la
corriente de agua durante aquella ‘nube’. Dijo que sólo debía
permitirse
“colocar verjas de hierro que en todo momento
dieran salida al agua”,
a fin de evitar las desgracias persona-
les que en cualquier temporal se pueden ocasionar al inun-
darse las casas colindantes a dichas murallas con el agua que
se remansa por no tener salida.
COSECHAS PERDIDAS
En la sesión del Ayuntamiento del 4 de junio el alcalde leyó
una moción donde manifestaba
“los gravísimos perjuicios
que la nube de agua y granizo descargada sobre el término
municipal el día 26 de mayo ocasionó sobre algunos terrenos
con cosecha de cereal pendiente de recolección”.
En su infor-
me, el regidor se refería a los muchos viñedos dañados por la
tormenta, cuya cosecha se puede considerar completamente
perdida, siendo los damnificados familiares pobres. Propuso
que el Ayuntamiento se dirigiera a los poderes públicos, so-
licitando la concesión de socorro a los labradores afectados,
al considerar una verdadera calamidad pública todo ello. Se
aprobó por unanimidad. Al día siguiente, 5 de junio, el libro
de Registro de Salidas del Ayuntamiento refleja la petición al
Gobernador Civil de la provincia, para que a su vez traslade
lo acordado al Gobierno de la nación.
Y como no habían sido solamente afectadas las cosechas,
sino también los caminos rurales, en la sesión del 2 de julio
Parque La Moheda el 26 de junio de 2016, tras una fuerte tormenta
Foto La Solana Digital