

Gaceta de La Solana
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La Gaceta Deportiva
A
menudo, nos preguntamos qué pue-
de llegar a significar un deporte para
uno mismo. En nuestro caso, todo
comenzó hace nueve años, cuando sien-
do apenas niños decidimos aventurarnos
en una especialidad que a posteriori ha
marcado nuestras vidas, el baloncesto. Un
deporte que, hace una década, era una al-
ternativa poco atractiva entre los jóvenes
de La Solana y a día de hoy es uno de los
que más impacto causa en las nuevas ge-
neraciones.
Fuimos doce amigos con ganas de diver-
tirnos los que nos inscribimos en la Escue-
la Municipal de Baloncesto de La Solana.
Nuestra etapa comenzó en categoría alevín
con Micael como entrenador. En el primer
año ya aprendimos el verdadero signifi-
cado del baloncesto, el compañerismo y
valores como la educación y el respeto al
rival. Entablamos amistades por toda la re-
gión que perduraran durante toda la vida.
Fue en el segundo año cuando, a manos de
Víctor, un gran pilar en nuestra formación
deportiva, se empezó a cimentar un equipo
con espíritu ganador. Ese mismo año con-
seguimos el subcampeonato provincial.
Esa ‘derrota’ en la gran final influyó positi-
vamente en el equipo, que siguió luchando
con esperanza para que al siguiente año
consiguiéramos el primer puesto. Este lo-
gro permitió darnos a conocer en el pue-
blo y resaltar sobre el resto de deportes,
ayudando a que la gente se interesase en
nuestro juego y en el baloncesto.
Los siguientes cuatro años, que corres-
ponden con las categorías de infantil
y cadete, fueron esenciales en nuestra
etapa baloncestística. El primer puesto
conseguido en el año anterior nos dio la
posibilidad de jugar en liga regional. Este
año no fue en vano, ya que a pesar de
no conseguir logros, sirvió para unificar
nuestro juego y disfrutar de los largos
viajes por La Mancha con nuestros com-
pañeros y amigos. La temporada poste-
rior fue una de las mejores experiencias
que hemos vivido como jugadores. Con-
seguimos plaza para el Campeonato de
España de Clubes. Equipos como el Real
Madrid y Barcelona nos esperaban en
Guadalajara. Allí, figuras como Luka Don-
cic empezaban a resaltar e hicieron dar-
nos cuenta de que todavía había mucho
que aprender y mejorar.
En cadete vinieron golpes y desilusiones
que, probablemente, acabaron hacién-
donos aún más fuertes. Una injusticia en
semifinales regionales nos apartó de dis-
frutar un nuevo Campeonato de España en
Andorra. Fueron semanas difíciles, donde
gracias al apoyo de nuestra gente y mu-
chos otros equipos de CLM descubrimos
que el baloncesto en La Solana era y es
una gran familia. No todo fueron momen-
tos negativos porque nos proclamamos
campeones de la categoría Junior Prefe-
rente de Castilla-La mancha y también
campeones de Copa, ya dirigidos por Fer-
nando, siendo aún cadetes jugando en una
categoría superior, algo que nunca había
sucedido en el baloncesto castellano-man-
chego. Fueron momentos muy especiales
porque el torneo de Copa se disputó en
casa y pudimos disfrutarlo con nuestro pú-
blico en La Moheda.
En la categoría Junior Especial se de-
mostró que la unión y el compromiso de
este equipo, sumadas a todas las expe-
riencias tanto negativas como positivas,
dieron sus frutos. Nos clasificamos para
jugar la Fase Final Autonómica, vivien-
do días increíbles de convivencia y ba-
loncesto en Toledo. Tras un memorable
y épico partido en semifinales contra el
anfitrión, conseguimos clasificarnos para
otro Campeonato de España, de nuevo
en Guadalajara. Allí, tuvimos la oportu-
nidad de enfrentarnos a algunas de las
mejores canteras de España, como las de
San Sebastián o Cáceres. La espina fue
la derrota contra Coruña, en un partido
en el que plantamos cara y estuvimos
a punto de dar la sorpresa. El segundo
año en Junior Especial fue muy pareci-
do al anterior, haciendo una grandísima
temporada regular y clasificándonos para
otra Fase Final Autonómica. Sin embargo,
esta vez la suerte no estuvo de nuestro
lado y caímos en semifinales contra un
gran Albacete Basket. Fue esta misma
primavera.
Durante todos estos años, aparte de
habernos formado como jugadores de
baloncesto, nos hemos formado como
personas. El compromiso de los entrena-
dores con nosotros durante tantos años,
no solo en la práctica deportiva sino en
aprovechar el instrumento del balonces-
to para la educación y la formación de
valores, han sido fundamentales en esa
formación. Nuestros padres estarán eter-
namente agradecidos. Para el recuerdo
quedará la frase que siempre nos ha in-
culcado Fernando: “humildes en la victo-
ria y orgullosos en la derrota”.
La verdadera unión en el equipo viene de
la compenetración que hay entre la Es-
Humildes en la victoria, orgullosos
en la derrota
Así empezaron...