

Gaceta de La Solana
10
Ha sido noticia
A
urelio
M
aroto
E
l tiempo ha dado la razón a
quienes planearon construir un
aparcamiento para camiones. El
Ayuntamiento de La Solana fue pionero
en la construcción de una instalación
de esta naturaleza. Corría el año 2009
y ahora mismo, ocho años después, este
tipo de aparcamientos ya proliferan en
muchos municipios vecinos.
Quienes más lo agradecen son los
transportistas, ese pequeño batallón
de camioneros profesionales, inquietos
hasta cuando descansan. Su camión es
su medio de vida y a la sangría de gastos
que genera el mantenimiento ordinario
se une una incertidumbre constante
ante los robos y asaltos, sobre todo des-
de que llegó la cacareada crisis.
El aparcamiento de camiones es, ante
todo, un somnífero. Los camioneros
pueden dormir tranquilos cuando lle-
gan a su pueblo. “Para nosotros supone
algo tan sencillo como estar tranquilo
sabiendo que tanto el camión como la
mercancía están a buen recaudo”. Así
opina Juan Alfonso Moya, transportista
profesional y presidente de la Asocia-
ción ‘San Cristóbal’.
“Siempre hemos sufrido robos, pero
desde la llegada de la crisis en 2007 la si-
tuación se ha agravado porque no es ya
la mercancía, también es el gasoil de los
depósitos”, nos dice. Otro factor impor-
tante es que los vehículos no se quedan
estacionados dentro en cualquier calle
como ocurría antes. “Sabemos que oca-
sionábamos molestias con el ruido del
motor a ciertas horas de la madrugada
cuando te ibas de viaje”. Ese daño cola-
teral también se ha corregido.
Juan Alfonso Moya no tiene dudas
de la utilidad del aparcamiento y con-
sidera que está bien equipado a todos
los niveles. Por ejemplo, en medidas
de seguridad. “Creo que el parking está
bien vigilado, contando también con la
Ocho años dejando dormir a los camioneros
>
El aparcamiento de camiones funciona a pleno rendimiento como guardián de los vehículos
de nuestros transportistas
Policía Local y Guardia Civil que hacen
sus rondas por los adelaños del recinto”.
Aún así, es mejorable. En su opinión,
la parte trasera que da a la variante de
la N-430 “debería tener alguna cámara
más para vigilar esa longitudinal”.
Respecto a las condiciones económi-
cas y de espacio, admite que son acep-
tables. “Pagamos cincuenta euros al
mes, que me parece una cantidad mó-
dica y acorde a nuestras posibilidades”.
No debemos olvidar que el sector está
sufriendo de lleno las consecuencias
de la crisis, los altos precios del com-
bustible y la precariedad económica a
la que los transportistas profesionales
son sometidos por parte de agencias y
cargadores.
Además, destaca la amplitud del re-
cinto. “Es grande, con las plazas bien
separadas entre los vehículos para po-
der hacer las maniobras sin riesgo de
colisión con los vehículos que están al
lado”.
Camiones estacionados