Gaceta de La Solana
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Reportaje
No hay vergüenza con
el estómago vacío
En la conversación que mantuvimos con la
concejala de Educación, nos dejó claro que
aquello del “qué dirán” no tiene cabida en
estos casos. Se da la circunstancia de que
la necesidad va en aumento a medida que
avanza el curso, sobre todo a partir de fe-
brero, cuando las campañas de temporada
han terminado y los ingresos han sido inver-
tidos en sobrevivir. “Después de la vendimia,
la aceituna o la poda se nota más”.
Y claro, “no existe la vergüenza cuando el
estómago está vacío”. En verdad, no siem-
pre resulta fácil asumir que no puedes dar
de comer a tu hijo y aceptar ayudas públicas
de esta naturaleza, pero se trata de la única
comida completa al día para sus pequeños.
Por fortuna, en La Solana hay mecanismos
a disposición de esas familias sin recursos
y de esos niños en riesgo de malnutrición.
La labor que realizan instituciones como
Cáritas o Cruz Roja, por ejemplo, es senci-
llamente impagable. Las administraciones
públicas cumplen con su obligación.*
Comedor social del colegio El Humilladero minutos antes de llegar los niños a comer
comedor” –afirma Aurora Jiménez, que
además de concejala de Educación es
directora del CEIP Federico Romero-.
Según nos dice, el niño no tenía beca
de la consejería de Educación, elimina-
das ese año para estos menesteres. Eran
ayudas de 80 euros al mes que gestio-
naba el propio Ayuntamiento, donde las
familias numerosas abonaban el 50%
del gasto y los casos de extrema necesi-
dad no pagaban nada.
APARECE LA DIPUTACIÓN
La concejala lamenta que la Junta li-
quidara esas ayudas. Por eso llamaron
a la puerta de la Diputación Provincial,
pidiendo directamente a su presiden-
te, Nemesio de Lara, estudiar el caso y
arbitrar ayudas que el Ayuntamiento,
por sí solo, no podía asumir en ese mo-
mento. Por fin, en el curso 2013-2014
comenzaron a llegar las nuevas becas
procedentes de la institución provin-
cial, que financiaba la comida y fueron
prorrogadas también para el verano.
De lo contrario, esos niños se hubieran
quedado sin comer adecuadamente con
bastante probabilidad.
Siempre para los llamados casos so-
ciales, o sea, aquellos donde ninguno
de los dos padres trabaja, carecen de
dinero en cuentas bancarias ni tienen
patrimonio conocido. La Diputación
Provincial es muy exigente con la do-
cumentación para evitar cualquier tipo
de intrusismo. En este sentido, Aurora
Jiménez afirma que todos los casos soli-
citados y aprobados han sido atendidos.
SIETE FAMILIAS SIN NADA
Durante este verano, el comedor social
del CEIP El Humilladero ha atendido
todos los días a cerca de una veintena
de niños, cuyas edades oscilan entre los
3 y los 16 años, incluidos dos que este
mismo curso inician Educación Infantil
y alguno ya ha iniciado la ESO. Todos
los usuarios se reparten entre 7 familias
con diverso número de hijos. Fueron
identificaron 8 casos en el CEIP Fede-
rico Romero (3 familias), 6 más en el
CEIP El Humilladero (3 familias) y dos
más en el San Luis Gonzaga (una fami-
lia). Son pocas familias si las diluimos
entre todo el contingente de familias so-
laneras, más de 5.000, pero demasiadas
si pensamos en 20 niños pasando ham-
bre al lado de nuestra casa.
LA ÚNICA COMIDA
COMPLETA DEL DÍA
Los usuarios del comedor social han
estado recibiendo una comida al día du-
rante todo este verano, la de mediodía.
Tres empleados de la Empresa Munici-
pal de Gestión, un cocinero, un auxiliar
de cocina y una cuidadora de comedor
se han encargado de organizarlo todo.
Cada día se ha transportado la comi-
da desde las cocinas del Ayuntamiento
hasta el comedor del Humilladero. El
menú, previamente aprobado por la
Junta, ha sido el mismo que durante el
curso escolar, meses donde cada colegio
sí pone en marcha su propia cocina y
dispone de su cocinero correspondien-
te. En este sentido, cada educativo sabe
el esfuerzo que ha tenido y tiene que
hacer para completar la financiación de
sus comedores. Y prefieren no dar más
detalles al respecto. *