Gaceta de La Solana
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Reportaje
Comedor social, un drama necesario
El Ayuntamiento ha abierto por primera vez el comedor escolar en verano, con ayuda de la
Diputación. Una veintena de niños han recibido su única comida completa al día
A
urelio
M
aroto
A
sistimos a uno de los grandes
dramas del verano. No impor-
ta que estemos en pleno siglo
XXI, con las redes sociales dominan-
do el cotarro y la tecnología haciéndo-
se antigua de un día para el siguiente.
Basta con echar un ligero vistazo, muy
ligero, al mundo para comprobar que la
Edad Media sigue ahí, perenne, en paí-
ses de África, Asia, América… Literal-
mente. Sí, da la sensación de que los que
tenemos la enorme suerte de vivir en el
“primer mundo” estamos solos. Por eso
solemos exclamar: “¡parece mentira que
esto ocurra en pleno siglo XXI!”
Pues ocurre, por ejemplo, que hay ni-
ños en La Solana cuyas familias son in-
capaces de alimentarlos. Sin más. Una
situación que, lejos de estar generaliza-
da, es real y recuerda a otros tiempos.
Con el objetivo de paliarla se habilitó,
también en verano, el comedor social
del Ayuntamiento en el CEIP El Humi-
lladero. Entre 15 y 20 niños de nuestra
localidad se han sentado cada día en sus
mesas para recibir un plato de comida.
Abrió sus puertas el 23 de junio, al día
siguiente de acabar el cole, hasta el 9 de
septiembre, en vísperas de comenzar el
nuevo curso.
Oficialmente, la iniciativa se llama
“Ningún niño sin comer en verano”. Es
el nombre con que el Ayuntamiento ha
bautizado la medida, que fue presenta-
da por el alcalde a principios de julio,
donde destacó la urgencia de atender
esas necesidades y agradeció el trabajo
diligente de su primera y segunda te-
niente de alcalde, Manoli González y
Aurora Jiménez, a la sazón concejalas
de Bienestar Social y Educación.
La novedad es, precisamente, que el
comedor también funcionara durante
las vacaciones estivales. Conviene re-
cordar que La Solana tiene comedores
escolares desde hace 6 años. En la ac-
tualidad operan tres desde septiembre
hasta junio, en concreto el del CEIP
Federico Romero, con unos 70 niños, el
del CEIP Humilladero, con otros 20, y
el del colegio concertado San Luis Gon-
zaga, con otra veintena. Es decir, más
de un centenar de niños y niñas de La
Solana son usuarios a día de hoy de es-
tos comedores en período lectivo, de los
cuales aproximadamente un 10% son
casos sociales. Sólo ellos han seguido
beneficiándose de este servicio público
durante el verano.
REBUSCANDO EN
EL CONTENEDOR
La génesis arranca en el año 2012,
cuando el claustro de profesores cada
colegio con comedor se reunió a fin de
identificar los casos de mayor necesi-
dad, dando conocimiento de ellos a los
Servicios Sociales municipales. “Un día
vi a una familia recogiendo basura de
un contenedor. El padre aupaba al niño
para meterse a buscar restos. Comprobé
que era alumno mío y no estaba en el
Un niño se alimenta en un comedor social.