Gaceta de La Solana
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El tema
Unas vecinas incómodas
Santa Catalina: palomas sí,
Paqui Prieto tiene unas vecinas incó-
nidos no
modas. No porque critiquen, ni chincho- La iglesia de Santa Catalina es un vie-
rreen, ni alcen la persiana para no perder jo hogar para las palomas urbanas. Hace
ojo. Que va. Son vecinas que no hablan, mucho que buscan recovecos para po-
pero se las oye. No critican, pero sí per- sarse y, si pueden, instalarse y anidar. Es
judican. Y mucho. Esas vecinas son palo- habitual verlas sobre cualquier rincón del
mas, miles de palomas que viven en una monumento, incluida la torre. La última
casa de al lado, lindando con la suya.
restauración lo resolvió en gran parte
Sus excrementos suponen una seria
mediante alambradas protectoras en sus
molestia para ella y su familia. También
múltiples ventanales y balcones para
para su casa. “Tengo los tejados llenos de
evitar su entrada, además de pinchos en
palomina”. Es más, la corrosión ha llega-
las cornisas. Según el párroco, Benjamín
do a cortar el cable del teléfono y a atas-
Rey, las palomas ya no anidan en ningún
car alguna cañería. “El olor es tremendo
punto del edificio. Asegura que ha que-
cuando te arrimas a la ventana; sepa Dios
lo que haya ahí adentro”.
dado atrás esa subida de escaleras de la
GACETA ha podido certificar lo que torre o las bóvedas repletas de palomina.
nos dice Paqui. Y no hace falta pasar al Pero no oculta que es motivo de preo-
interior de este inmueble abandonado cupación. “Es un tema serio, está claro”
para darse cuenta del enjambre de pa- –dice-. En las hornacinas de los pórticos
lomas que se multiplican en su interior. de Santa Catalina y Santiago vuelven a
Basta con ver el viejo tejado, lleno de posarse las palomas y se van llenando de
tejas quebradas y con múltiples huecos excrementos. El suelo de ambas entradas,
por donde las parvadas se adentran en el por donde accede la gente al templo, con-
interior. El problema de Paqui no es algo tinúa siendo un pequeño estercolero por
aislado, sino un ejemplo de lo que está esta razón.
sucediendo a otros muchos vecinos de La
Pero el responsable eclesiástico in-
Solana.
siste en que Santa Catalina no es un
centro de cría. “Es muy raro ver algún
rincón donde aniden pichones”. Aún
así, confirma que han estudiado cómo
combatir el problema pidiendo conse-
jo a una empresa especializada de La
Solana. Pero cualquier iniciativa ha
chocado con un muro infranqueable,
el dinero. “Resultaba muy caro y no
podíamos costear el tratamiento anti
palomas”. Al final, el asunto quedó
aparcado sine die.
Gregorio Díaz-Roncero: “Cap-
turarlas no funciona”
En efecto, poderoso caballero es don
dinero. Las batidas son a la larga inúti-
les y un tratamiento anti palomas exige
una inversión, porque no es barato si se
quiere hacer bien. El solanero Gregorio
Díaz-Roncero es el comisionado para
Castilla-La Mancha de la Asociación Na-
cional de Empresas de Control de Plagas
(ANECPLA). Consultado por GACETA,
no esconde que atacar la superpoblación
de palomas en el casco urbano es costo-
so, pero cree que hay alternativas. “Sería
suficiente con hacerlo poco a poco, me-
diante una actuación paulatina para mi-
nimizar los daños”.
Palomas sobre la imagen de Santa Catalina
Excrementos en una acera de la plaza