Galanes
Filántropo por
casualidad
El gesto de filantropía de Modesto Navarro
Escribano, donando los terrenos donde se
construyó el instituto que lleva su nombre,
tuvo una génesis curiosa.
Veamos. Modesto Navarro fue agraciado con un
premio de la lotería en el año 1946 y compra
varias hectáreas de solar rústico en La Calzada.
Un día del verano de 1964, a la hora del aperiti
vo, Antonio Navarro, hijo mayor del empresario,
escuchaba una conversación entre el primer
teniente de alcalde, Miguel Garrido, y represen
tantes de la delegación de Educación en la re
postería del Casino ‘La Unión’. Querían construir
un instituto en La Solana pero el Ayuntamiento
no hallaba solar. Corrió (literalmente) a consultar
con su padre. Poco después regresó con la bue
na nueva. Comunicó a las autoridades reunidas
que su padre había decidido donar una hectárea
de suelo de su propiedad.
La maquinaria burocrática se puso en marcha.
Sólo un año después, exactamente el 16 de
septiembre de 1965, Modesto Navarro y su
hijo Antonio (en representación de su madre,
María Antonia Romero) firmaban la escritura
Antonio Navarro y su esposa junto a Modesto Navarro -dcha
de división material y donación de una hectárea
al Estado. Una parcela ‘a la izquierda del Cami
no o Carretera de Infantes, junto al Cerro de la
Horca…”. Las únicas exigencias aparecían en
el apartado ‘b’ de las cláusulas. Una, que sobre
esos terrenos ‘se construyera la Sección Dele
gada de Instituto Nacional de Enseñanza Media
dentro del plazo de cinco años’. Y dos, que ‘el
centro que se edifique llevará en su día el nom
bre de Modesto Navarro’. Ambas cláusulas se
cumplieron. La primera con holgura, ya que el
centro comenzó a dar clase en noviembre de
1966, y la segunda en 1975, cuando la enton
ces Sección Delegada, dependiente el instituto
‘Bernardo Balbuena’ de Valdepeñas, pasó a ser
instituto independiente.
Gaceta de La Solana
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