Gaceta de La Solana
44
Reportaje
El primer mercado municipal de La Solana
Paulino Sánchez Delgado (Cronista Oficial de la Villa)
D
urante siglos, la venta de ali-
mentos al por menor en La
Solana se hizo al aire libre, en
los puestos instalados en la Plaza Ma-
yor. Carne, pescado, fruta y verduras
se despachaban todas las mañanas del
año a la intemperie, bien al frío del in-
vierno o al calor del verano. Los pues-
tos de madera se armaban todas las
mañanas y se retiraban una vez con-
cluidas las ventas. Luego se procedía
a la limpieza de los restos que habían
quedado sobre el suelo empedrado
de la plaza, aunque en algún lugar se
mantuviera el cansino rastro oloroso
del pescado.
Los únicos días en que no se insta-
laba el mercado en la plaza eran la
mañana del Viernes Santo (sólo se
colocaban los pescaderos) y en la fe-
ria, reservada para los feriantes. Los
vendedores se ubicaban esos días a
la calle Monjas. Pero ya en los años
cincuenta del siglo XX comenzaron
las gestiones para dotar a La Solana
de un Mercado de Abastos. El Pleno
del Ayuntamiento del 5 de febrero de
1952 realizaba un ‘INFORME SOBRE
LAS NECESIDADES DEL MUNICI-
PIO’. El alcalde de entonces, Julián
Castellanos, hizo constar que causaba
serios trastornos y la imposibilidad de
observar las más elementales normas
sanitarias. Un grave problema que
debía resolverse con urgencia. Meses
después, declaró a la prensa:
“Se está
buscando un local que sea el ideal.”
(Lanza, 23 julio 1952).
Poco después, en el pleno del 27 de
agosto se informaba sobre la necesidad
de adquirir solares para la construir
un Mercado Municipal, así como para
viviendas de maestros. Las primeras
gestiones miraron al Cine Jardín, pro-
piedad de Francisco Almarcha, en la
calle Monjas, y los edificios colindan-
tes. Otra posibilidad fue intercambiar
terrenos en los Depósitos de Agua
con los del Cristo del Amor, propie-
dad de la Iglesia, según propuesta del
teniente de alcalde, Antonio Romero
Velasco, el 8 de agosto de 1953. Pero
la prensa provincial decía más de un
año después lo siguiente:
“el alcalde
Autoridades el día de la inauguración del mercado
no encuentra solar adecuado. Le qui-
ta el sueño no encontrarlo.”
El cronista
apuntaba la posibilidad de construir
dos mercados pequeños, al ser una
población muy diseminada. (Lanza,
11 diciembre 1953).
Visita a la condesa
En la memoria presentada al pleno
el 10 de marzo de 1954 por el primer
teniente de alcalde y el secretario, se
indicaba que se había gestionado la
subvención por el Estado “para con-
tribuir a la realización de las obras
bien sentidas para la construcción del
mercado, habiendo salido satisfecha la
comisión”. El 26 de marzo, en el apar-
tado de urgencias, se acordó visitar a
la Condesa Viuda de Casa Valiente,
por si estuviera dispuesta a vender al
Ayuntamiento una nca en la calle En-
comienda, en cuyo inmueble podría
ser construido el mercado u otro ser-
vicio municipal. Seis meses después,
el Pleno del 27 septiembre debatió
el SEÑALAMIENTO DEFINITIVO
DEL LUGAR DE EMPLAZAMIENTO
DEL MERCADO MUNICIPAL DE
ABASTOS. La Corporación, después
de vistos los expedientes y diligencias
de los años 1930 y 1931 con motivo de
la entrega al Ayuntamiento de la casa
legada por los herederos de Francis-
co Ocaña Romero, y de la compra del
Obispado de las Órdenes Militares de
un solar en la calle Carrera: acordaba
por unanimidad:
Primero: Que teniendo en cuenta el
informe de la secretaría municipal y el