Gaceta de la Solana Nº 243 - page 34

Gaceta de La Solana
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Cultura
Un niño dirigiendo la banda en pleno recital.
¡Música, pequeño maestro!
La Banda Municipal innovó con un concierto didáctico lleno de simpatía y complicidad con el público
A
urelio
M
aroto
Q
uedó claro que la innovación no está
reñida con la calidad y el respeto a las
costumbres, o viceversa. La Banda Mu-
nicipal de Música marcó un antes y un
después con su tradicional concierto de
Santa Cecilia-2013, ya que lejos de ofre-
cer un recital serio y de corte tradicional,
sorprendió con un montaje original, di-
námico, interactivo y, sobre todo, diver-
tido, sin dejar de honrar a la dupla de ese
señalado día: la patrona de los músicos y,
por supuesto, la buena música.
Fue el pasado 22 de noviembre cuan-
do el teatro Tomás Barrera albergó
esta cita anual. Congregó a más de 300
oyentes, expectantes más que nunca
ante el título de este año: “concierto pe-
dagógico con motivo de Santa Cecilia”.
El primer objetivo era movilizar a niños
y padres y convertirlo en un acto de fa-
milia. El segundo, divertir e instruir a
partes iguales. Nadie se movió de sus
butacas hasta sonar la última nota. La
gente salió realmente satisfecha, tanto
de lo que había visto como de lo que ha-
bía escuchado.
Nuestro redactor Gabriel Jaime, a la
sazón saxofonista de la Banda, fue el
maestro de ceremonias como presenta-
dor y animador de la velada. Con gran
capacidad de comunicación involucró
al público en la enseñanza de lo que iba
a escuchar, explicando los instrumentos
de una banda, su distribución, su fun-
ción y su modo de utilización.
El concierto comenzó con el oboe de
Adrián Guzmán. Después llegó “En un
mercado persa”, célebre composición
del británico Albert Ketèlbey que evo-
ca un gran zoco oriental. Mientras la
banda tocaba, el presentador explicaba
lo que sucedía, pidiendo imaginar la
llegada de los camelleros, el canto de
los mendigos, el paso solemne del Ca-
lifa o la llegada de la Princesa. Desde el
patio de butacas, Gabriel Jaime buscó a
cuatro niños, que subieron a dirigir con
la mismísima batuta del director. Los
músicos tocaban a la velocidad que
ordenaban sus imberbes maestros, lo
que provocó momentos de gran hila-
ridad.
También resultó divertida “La má-
quina de escribir”, del americano Leroy
Anderson, que popularizó Jerry Lewis
en la película
Lío en los grandes alma-
cenes
. Pero la cúspide llegó al final, con
la interpretación del “Mambo nº 5”, que
encumbró el recital. La cerrada ovación
final obligó a repetir el mambo, aunque
esta vez con los músicos puestos en pie
y bailando al son de sus propias notas. *
Otra niña con la batuta del maestro.
“Repetiremos”
El director de la agrupación musical sola-
nera, Ángel Sancho Moraga, terminó ple-
namente satisfecho por un concierto que
calificó de “especial y novedoso”. Querían
llamar la atención de los más pequeños ha-
ciendo algo nuevo, y lo consiguieron. “En la
Escuela de Música hay más de 420 alumnos
y luego no se ven en los conciertos”. Por eso
idearon este concierto didáctico. “Como el
fútbol, la música hay que practicarla, pero
también hay que verla y, en este caso, es-
cucharla”. Nada más acabar el concierto,
cogió el micrófono y, visiblemente contento,
dio las gracias y anunció que el año que vie-
ne “por supuesto, tendrá continuidad”.
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