Gaceta de La Solana
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Colaboraciones
Desde entonces, su vida pastoral se
puede dividir en dos etapas: Una neta-
mente rural en las misiones del Mara-
ñón y la urbana en Lima. Son 55 años
de vida sacerdotal consagrados al nuevo
país, que sólo abandonará una vez, en el
único viaje de pocas semanas que hizo a
España por los años 70. No volvería a la
península y a su Mancha, cuya memo-
ria ha acrecentado el afecto y nostalgia.
PRIMERA ETAPA EN EL
MARAÑON (De 1957 a 1975)
El P. Antonio, desde joven semina-
rista, ha sentido una especial llama-
da vocacional de servicio pedagógico.
Siempre ha querido realizarse como tal
caminando y caminando de caserío en
caserío, de escuela en escuela, de capi-
lla en capilla. Así va a recorrer todo el
Vicariato Misionero por caminos de
sierra, adentrándose en la selva a orillas
del gran río Marañón. Allí se le recuer-
da por los centros educativos que fundó
o ayudó a fundar. El P. Antonio, pobre
entre los pobres, se definía como un pá-
rroco transeúnte, haciendo parroquia
en cada lugar que visitaba.
SEGUNDA ETAPA URBANA
EN LIMA (DE 1976 a 2013)
No es fácil hacer un resumen de sus
múltiples actividades pastorales en esta
etapa. Se le recuerda y describe como
operario que “visita enfermos en dis-
pensarios y clínicas, y también se dice
que era visitador de cárceles…” Y mien-
tras tuvo salud para hacerlo, su atención
la dirigió preferentemente, con aten-
ción inmediata y anónima, a los secto-
res más populares, humildes y margina-
dos de Lima. El P. Antonio recuerda el
trato con las Hermanas de Calcuta, co-
laborando con ellas, recogiendo y aten-
diendo a vivos y a semimuertos. En una
palabra, el P. Antonio en esta etapa de
su apostolado en Lima, como anterior-
mente en las Misiones rurales, encarnó
el evangelio del buen samaritano.
“Amo siempre al Señor con toda el
alma. Amo a los hombres que son mis
hermanos…” Así concluía el P. Antonio
sus catequesis, y así está concluyendo su
vida de entrega en Miraflores de Lima.
Gracias, P. Antonio, por su ejemplo y
testimonio y Gracias a GACETA DE LA
SOLANA por difundirlo.
Unos familiares en La Solana
Padre Antonio en su misión en Perú.
