GACETA DE LA SOLANA 309

Gaceta de La Solana 86 Colaboraciones Tres generaciones de una misma familia en La Solana. En el centro, Mbaye Gaye junto a sus nietos Mame Cheikh y Khalifa Gaye. En los extremos, sus hijos Matar y Taph E n torno al año 1986 llegaron a La So- lana los primeros vendedores ambu- lantes senegaleses. Buscaban puestos en los mercadillos y en las ferias de verano de La Solana y alrededores. Tenían su resi- dencia en Granada, por lo que durante al- gunas temporadas, después de terminar su jornada de trabajo por esta zona, pasaban el resto del día -y la noche- a la intemperie en el antiguo “pajero” del parque munici- pal, malviviendo en sus respectivos coches, tanto en verano como en invierno. Después de varios años en esas precarias condicio- nes, ayudados por Nemesio de Lara y por mí mismo, en el año 1994 se instalaron de- finitivamente en dos casas que les alquiló Carmelo López Martínez. Inicialmente, todos se dedicaban a la venta ambulante: bolsos, cinturones, car- teras, bisutería, ropa interior, figuras de ma- dera de su país, etc.Años más tarde, la crisis del 2008, la llegada de nuevos compatriotas y la caída de las ventas por las compras por internet, obligaron a algunos a adaptarse y a buscar otros trabajos. Actualmente, solo seis o siete (los de mayor edad) se siguen dedicando a la venta ambulante en merca- dillos y ferias de verano. La gran mayoría ‘echan’ la temporada de la sandía, el melón y la calabaza en almacenes de empresas solaneras como Doña Ramoncita o Dulcinea La Mancha, desde abril-mayo hasta octu- bre-noviembre. También hacen la vendimia, la aceituna y la poda. Otros trabajan como encofradores y en la impermeabilización de cubiertas. Algunos se trasladan fuera para trabajar en la recogida del tomate en Baza (Granada), en la manzana en Burgo de Osma (Soria), en la aceituna en Castillo de Locubín (Jaén), en la fresa en Moguer (Huelva), o en cualquier trabajo agrícola o de otra índole que les surja. Dos de ellos han trabajado en empresas hortofrutícolas en Francia. Otros jóvenes, tras pasar por La Solana, han probado suerte y la hostelería en Londres y en Salou. Hoy viven en La Solana entre 40 y 45 senegaleses, repartidos en varias casas y pisos. Otros están en Manzanares porque no encuentran alquiler aquí. De hecho, necesitan entre dos y tres alojamientos más para no vivir hacinados compartiendo dormitorios, a veces compartiendo cama, pero no los encuentran. La mayoría de los jóvenes que están llegando a La Solana lo hacen de la mano de sus padres, con todos los papeles en regla, aunque alguno ha llegado en patera por la ruta canaria. Todos son gente trabajadora que, en cuan- to aprenden algo de castellano, no tardan en encontrar trabajo. Por su cultura y por su sentido de la responsabilidad con el cuidado de sus pa- dres y abuelos hasta sus últimos días, no pueden traerse a sus mujeres. Los jóvenes recién llegados permanecen cinco o más años en La Solana hasta que se asientan y se reencuentran con los suyos. La mayo- ría vuelven a Senegal en enero o febrero, siempre que tengan suficientes ahorros. La relación con la familia que se queda en Se- negal es triste y penosa, aunque ahora, con las videollamadas, todo ha mejorado. Casi nunca están presentes en el nacimiento de sus hijos. Y en alguna ocasión, ni siquiera en su propia boda, casándose por poderes. Son gente muy solidaria. Si alguno pasa una mala racha por falta de trabajo o por enfermedad, entre todos asumen el coste de sus necesidades. No beben, no fuman. Su bebida más habitual es el té, y la prin- cipal comida es el arroz con carne o con pescado. Y sobre todo, son buenos veci- nos. En más de 30 años residiendo en La Solana, nunca han ocasionado problemas, constituyendo un ejemplo evidente de inte- gración social. Como dice el subtítulo de este artículo, desde hace unos meses están en La So- lana Cheith y Khalifa, hijos de Mohamed, sobrinos de Matar y Tapha, y nietos de Mbaye Gaye Gueye. Al igual que Mbaye Gaye, Rowane Gueye Sarr, Modou Wayang Diop, Modou Sarr Ndiaye, Mouhamadou Gaye Gueye, Dame Diop y Ndiogou Ndiaye. Todos ellos fueron valientes pioneros se- negaleses que llegaron a nuestro pueblo, su pueblo. Agustín Ortega Jimeno Solaneros de adopción Inmigrantes senegaleses de segunda y tercera generación en La Solana

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