GACETA DE LA SOLANA 307
Gaceta de La Solana 43 La gaceta deportiva Imagen del último partido en casa del CB La Solana senior (6-4-2024). A urelio M aroto S ábado, 14 de mayo de 2022. Pa- bellón La Moheda. Mario García flameaba una bandera amarilla y azul como un poseso sobre la pista. La afición vibraba. El Doña Ramoncita-CB La Solana coronaba su particular Eve- rest. Acababa de ascender a Liga EBA, un hito sin precedentes en la historia del baloncesto local, amplificado por el ADN canterano del equipo. En ese mo- mento, pocos pensaban más allá, y era normal. Humanamente normal. Nadie podía barruntar que solo dos años des- pués, el CB La Solana dejaría de existir en categoría senior. Que esa cima era el punto de inflexión hacia la caída. Viernes, 23 de agosto de 2024. La junta directiva se reúne en cónclave y decide formalmente que no habrá primer equipo la próxima temporada. Decisión dolorosa e inesperada para los más. Para los menos, no tanto. El reciente descenso a Primera Nacional ha convencido a los dirigentes de que es mejor dar un paso atrás para impulsarse de nuevo. Es fácil colegir que una de las razones es que no hay riñón económico para armar un proyecto solvente en la máxima categoría regional, que no es EBA, pero no es melga. Sin embargo, conviene mirar más allá del bolsillo. La gente que dirige el club está literalmente agotada. El desgaste de estas dos temporadas en EBA ha sido brutal. Poco dinero para tantos gastos. Poca gente para tantos problemas. El cóctel se ha completado con un chasco deportivo que no se esperaba, precisa- mente porque esta última campaña se hizo un esfuerzo por reforzar el equipo tras haberse salvado in extremis la ante- rior. Es evidente que algo no funcionó en la conducción deportiva. A ello se unie- ron lesiones concretas en momentos cla- ves y un bajón notable en el rendimiento de jugadores que habían sido ‘franquicia’ durante años. Valga como dato que el CB La Solana encadenó 11 derrotas conse- cutivas entre el 7 de enero y el 6 de abril. Probablemente no merecía más. Atrás quedan dos años para el re- cuerdo. Es impagable ver al Real Ma- drid sobre el taraflex del ‘Serrano’. Nunca hubo tan buen baloncesto en La Solana. Quien no quiera ver eso, es que está ciego. Ahora bien, la factura ha sido altísima. Ya en la primera temporada hubo bajas notables de jugadores em- blemáticos de la segunda ‘generación de oro’. Que el club cambiara el escudo y sus colores pudo ser anecdótico. O no. Llegaron jugadores de talento, como Sdenry González o Álex Talamino. Ma- rio dio un paso adelante. Seguían los Fernando, Castaño, Miguel, Cuco, Eloy, Abadillo… El aroma del equipo del as- censo no se había perdido. Pero pronto se vio que EBA exigía mucho. No es lo mismo llamar que salir a abrir. El talen- to de cada cual da hasta donde da. Y el nivel de compromiso también. Fue un año difícil, pero también ilusionante. Era el niño que veía por primera vez el mar, aunque pronto llegó el oleaje. Se salvó la categoría sobre la campana y el objetivo era mejorar el plantel para ‘sufrir menos’. Sin embargo, se fueron viejos canteranos. Solo quedaron los tres infanteños y Carlos Castaño. Hubo críticas por ello. Críticas gratuitas, por cierto, porque los toros se ven muy bien desde la barrera. El esfuerzo no salió bien, a la vista está, y el equipo descen- dió, desatando la tormenta. La marcha de Mario García, anunciada de forma unilateral por él mismo, era el arquetipo de un fin de ciclo. Llegados a este punto, cabe pregun- tarse simerecía lapena seguir enPrimera Nacional. La directiva cree que no. Le faltan fuerzas para armar un equipo prácticamente nuevo y reilusionar a una afición que, a pesar de todo, nunca creció al mismo ritmo del club. En EBA no asistían más de 250 espectadores de media al pabellón. Conviene no perder eso de vista. ¿Es lamentable perder el equipo se- nior? Sí, lo es. ¿Es una catástrofe para el baloncesto solanero? En absoluto. La gente del club no se rinde. Los jugado- res entran y salen, sean de donde sean, y no pasa nada porque otros llegarán. Pero la directiva sigue, resiliente, tenaz. Resulta que los jugadores crecen, pro- gresan y reciben el aplauso de la grada gracias a unos señores que trabajan en la sombra, sin esperar nada a cambio. Excepto disgustos, claro. Aquí, lo real- mente relevante es que la retirada del primer equipo no ha traído aparejada quiebra económica. Entonces hablaría- mos de otra cosa. Por fortuna, El club está saneado, sin deudas, que ya es mu- cho. Habría que recordar eso a más de un crítico de teclado. Ahora, se trata de redoblar los esfuerzos con la cante- ra, que sigue siendo paradigma en la región. Hay un junior prometedor, un femenino prometedor y una escuela que sigue siendo la envidia de muchos. La segunda ‘generación de oro’ nos dio mucho, nos emocionó, pero ya es histo- ria. Se acabó. Toca pensar en la próxi- ma. Así es la vida. La resurrección está en marcha. Adelante. CB La Solana: cima, caída y resurrección
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