GACETA DE LA SOLANA 299 MARZO-ABRIL 2023

Gaceta de La Solana 58 Nuestra historia Pararrayos y campanas en la torre de Santa Catalina P aulino S ánchez D elgado (C ronista O ficial de la V illa ) E n las últimas semanas se han descolgado las campanas de la torre parroquial y de la espadaña. El objetivo es adaptarlas para volteo y colocarlas de nuevo en los bal- cones de la torre. No está de más aprovechar tal reforma para recordar algunas pinceladas de historia. La actual parroquia de Santa Catalina se levantó a partir del año 1498 sobre el anterior templo medieval, que inicial- mente contaba con un pequeño torreón. En el segundo tercio del siglo XVI se construyó una nueva torre por Alonso Gal- dón, supervisada por el arquitecto del Arzobispado de Tole- do, Alonso de Covarrubias. Esa torre se derrumbó por pri- mera vez en 1618 y definitivamente en 1708, y años después se levantó la actual torre barroca, construida por Alejandro Núñez, Miguel Mestanza y Manuel Menchero. Diversas han sido sus vicisitudes, sobre todo el incendio de julio de 1936, en el que se perdía el chapitel y las campanas. Las diferentes restauraciones devolvieron a la torre un chapitel como el original, si bien las primeras campanas se fundieron y su metal fue utilizado como metralla en la guerra de 1936-39. Precisamente, con motivo de la instalación de un pararrayos, y al ser bajadas las campanas para su reforma y adaptarlas al sistema de volteo, hemos creído conveniente re- señar algunos datos interesantes sobre incidencias en la torre, ocasionadas por tormentas y otros cambios en sus campanas. Sobre los daños ocasionados por tormentas, el libro de Pilar Molina Chamizo De la fortaleza al templo-II , edita- do en 2006 por la Biblioteca de Autores Manchegos de la Diputación, señala: “En el año 1796, en una tormenta de verano, un rayo cayó sobre el chapitel de la torre, causando algunos destrozos, pero sin afectar demasiado a la estruc- tura, repasada por el maestro cantero Benito Membrillo, vecino de La Solana”. Sobre las campanas existentes hasta 1936, hemos recogido datos de una entrevista en el número 3 del Boletín Municipal en 1966, donde el campanero Juan Antonio Gª Uceda García señalaba que en la torre había cinco campanas. La ma- yor pesaba 1.685 kilos y se conocía como ‘Entronización del Sagrado Corazón’; otra ‘San Francisco’ y otras dos ‘Virgen del Carmen’ y ‘Santa Catalina’. La campana grande tenía un diá- metro de tres metros y al caer hizo un enorme barranco. En el libro La República en La Solana-1936-1939-La guerra civil , escribíamos que las campanas permanecieron en La Solana los meses siguientes al incendio de julio de 1936. El 16 de enero de 1937, en ruegos y preguntas del pleno municipal, el concejal Carmelo Martínez preguntaba a la Co- misión de Industria y Comercio “si se han ofrecido las cam- panas de la población al Gobierno, por si son necesarias para utilizarlas en la guerra en defensa de la nación.”. El acuerdo fue “ofrecerlas al Ministerio de la Guerra”. El 3 de junio de 1937, el Ayuntamiento enviaba una comunicación al delegado de Armamento diciendo que “podían mandar camiones para recoger las campanas”. Restaurado el templo y la torre en los años cincuenta del siglo XX, se colocaron dos campanas, pero fue en el año 2000 cuando se instalaron otras dos, y dos más la espadaña ubicada sobre la sacristía. Las cuatro campanas fueron donadas por la cofradía de la Virgen de Peñarroya. El entonces presidente, Vicente Flores, declaraba GACETA que las cuatro campanas habían sido instaladas el 19 de enero. Las dos colocadas en la espadaña pesaban 50 y 80 kilos, con intención de que sonaran en las festividades de la Virgen, el Corpus u otras celebracio- nes especiales de la liturgia. Las dos campanas colocadas en la torre pesaban 200 y 300 kilos, respectivamente, y llevaban grabado el texto “Nuestra Señora de Peñarroya. Año Jubilar 2000”. Veintitrés años des- pués, las campanas han sido bajadas y esperan ser adaptadas para volver de nuevo a los balcones de la torre y anunciar las celebraciones solemnes. Están siendo adaptadas las cuatro campanas de la torre y las dos de la espadaña, y las seis vol- verán a la torre con un nuevo sistema de volteo, mucho más vistoso y espectacular que el martillo automático. Y mientras, la veleta está coronada por un nuevo pararrayos, que evitará posibles daños por aparato eléctrico. Dos operarios instalan el pararrayos en el chapitel. Campanas de la espadaña que serán recolocadas en la torre.

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