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Gaceta de La Solana 49 Nuestra Historia OFRECIMIENTO SUSPENDIDO EN 1932 Aunque este año 2020 sí se ha celebrado Ofrecimiento, aunque no puja, hay más precedentes. Ante los acontecimientos ocurridos el domingo 12 de septiembre de 1932, a la llegada de la Virgen, se sus- pendió asimismo el Ofrecimiento, autoriza- do para el día 18 de septiembre. Tampoco pudo celebrarse en 1933 al no poder traerse a la imagen, mientras que los años siguien- tes, antes del inicio de la guerra, sí se cele- braron porque la Patrona volvió a La Solana en 1934 y 1935. LA LLUVIA APLAZÓ LA PUJA EN 1999 Tuvieron que transcurrir sesenta años, desde el final de la guerra, para contar con más incidencias en el Ofrecimiento. En dos tiempos se celebró el de 1999. Comenzó el tercer domingo de septiembre, pero la lluvia que desde las seis de la mañana se prolongó hasta las tres de la tarde, deslució la jorna- da y obligó a la cofradía al aplazamiento. La Junta Directiva acordó continuar la puja el sábado siguiente. Poco después de las siete de la tarde del sábado 25 de septiembre salió la imagen a la Plaza Mayor, aunque poco an- tes cayó otro aguacero. Al día siguiente, do- mingo 26, fue sacada otra vez la imagen des- de las dos del mediodía hasta las siete de la tarde, dando por concluido el Ofrecimiento. CAPITANÍA 2019 Y 2020 No sólo hay novedades en la llegada y el Ofrecimiento de este año, sino también en la capitanía. En enero de 2020 comenzó a ejer- cer Toni Galindo Martín, que portó el bas- tón en el novenario y la marcha al Castillo. Pero en septiembre la cofradía decidía que, ante la coyuntura, podía volver a ocupar el cargo en el año 2021. Por ese motivo el bas- tón de capitán lo ha portado la propia Vir- gen en su cochecillo de viaje, así como un pañuelo negro de Dolorosa. También lo ha llevado en el resto de cultos de septiembre. LA CAPITANÍA EN EL TIEMPO El cargo de capitán, o capitana, de la Virgen, es una tradición que se mantiene desde hace siglos. Las Ordenanzas de 1757 especifica- ban que cuando viniera la imagen desde el Castillo la cofradía le daría al capitán dos galeras en las que llevar a los devotos, co- fradía y todas las personas necesarias para que la Virgen pudiera ser llevada a hombros a La Solana. Por otra parte, el Censo de Cofradías y Hermandades del Conde de Aranda (1761) señala que para la fiesta en el Castillo la co- fradía “nombra anualmente un Capitán, Al- férez y cuatro sargentos, quienes convidan a sus parientes amigos, etc., y estos contribuyen según el n úmero de familia y facultades”. El nombramiento de capitán en los siglos XVIII y XIX se realizaba en las juntas de la cofradía y el cargo, habitualmente, lo proponía el capi- tán saliente. Al respecto, en 1795 ocupó la ca- pitanía Antonio Gallego, quien en la elección de oficios para el año 1796 decía “que no tenía a quien nombrar ni quien lo pretenda y lo hace Juan Dionisio Escribano…” “…lo acepta la co- fradía y queda como tal Capitán”. Si bien ese año hubo quien aceptó el cargo, los documentos consultados revelan que en varios años del siglo XIX la capitanía estuvo vacante. Incluso hubo capitanes que volvie- ron a serlo varios años. Tras la guerra civil, el primer dato se remonta a 1943, siendo una mujer, Ángela Naranjo Pérez, la capita- na. Desde entonces, y hasta 1962 incluido, no hubo vacantes. Pero en 1963 y en 1968 no hubo capitán, en este segundo año porque ninguno de los solicitantes aceptó el cargo. Tampoco hubo capitán en 1970 ni en el in- tervalo 1974-1977, cuatro años consecuti- vos. Sí hubo capitanes en 1978 y 1979, pero no en 1980 ni en 1981. Sobre los muchos cambios acaecidos en este 2020, ya se ofrece la pertinente información en este número de GACETA. Son aconteci- mientos recientes, pero que ya forman parte de la histórica devoción de los solaneros a su Patrona, la Virgen de Peñarroya. Venida por la calle Alhambra

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