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Gaceta de La Solana 90 Nuestra Historia L os solaneros, al igual que el res- to de los españoles que dieron la bienvenida de 1970, no su- ponían que llegaba una década llena de cambios en la vida de la nación y, en consecuencia, en la vida local. Eran años de cambios continuos que comen- zaron en lo económico, sobre todo con la mecanización de la agricultura. Pero luego también lo serían en lo social y político, con un cambio de régimen. LAS AGUAS Y EL ALCANTARILLADO En La Solana, al final de la década, se- guían pendientes de resolver servicios como el agua potable y alcantarillado. En 1970, el alcalde, Francisco Arroyo Montoya, en el programa de ferias, au- guraba una rápida solución: “En el úl- timo año hemos conseguido que por los Organismos correspondientes se pongan en marcha, para llegar a su realización, una de nuestras más grandes necesidades. Un nuevo abastecimiento de agua. Ya se están realizando trabajos con este fin y esperamos que en plazo relativamente corto se pueda prestar al vecindario en general un servicio completo y eficiente”. También comenzaba a ser necesario el alcantarillado para el saneamiento, por- que cada vez más casas contaban con pozos negros que dejaban los residuos en el subsuelo. El alcalde señalaba que: “A la vez que se llevan a cabo estas obras, está programado también, y su ejecución será conjunta, la de saneamiento de la población”. Pero durante toda la década no se solucionaron esos dos problemas, que llegaron a ser verdaderos dolores de cabeza para los regidores locales. NUEVA PARROQUIA DEL BEATO JUAN BAUTISTA DE LA CONCEPCIÓN El 14 de febrero de 1970 tomaba po- sesión de la nueva parroquia de la lo- calidad su primer párroco, don Fran- cisco Jiménez González, que tuvo como coadjutor al sacerdote don Zacarías Martín Gallego, que hasta ese día había ejercido en la parroquia de Santa Cata- lina, la única hasta ese momento. La nueva parroquia, dedicada al en- tonces beato Juan Bautista de la Con- cepción, reformador de la Orden de la Santísima Trinidad, pasó a ser la iglesia del convento que él mismo fundó en el año 1603. Fue la gran novedad religiosa del año, con el aumento de tres a cinco sacerdotes en la localidad y, por tan- to, un aumento de misas tanto diarias como en domingos y festivos. CAMBIOS EN LA SEMANA SANTA El primero de ellos llegó el Domingo de Ramos. La procesión de las Palmas comenzó en la nueva parroquia y con- cluyó en Santa Catalina. En realidad, se trataba de una procesión litúrgica, con fieles, autoridades y clero, que portaban palmas y ramos de olivo. El segundo cambio estuvo en la noche del Jueves Santo. La procesión de la Vera Cruz dejó el itinerario anterior y su bajada por la calle Convento, para seguir desde el Cristo del Amor por las calles Emi- lio Nieto, Cardenal Monescillo, Carrera (entonces Avenida de los Mártires) y Monjas. Un recorrido que sigue vigente. Por cierto, la lluvia fue intensa durante toda la tarde y acompañó aquel desfile. Muchos recordarán el acompañamien- to que hicieron en la procesión los ar- maos de Villahermosa y el color rojo de los charcos al pisar los soldados de in- 1970: EL AÑO DE LA DIVISIÓN PARROQUIAL, SETAS DE 17 KILOS Y NIEVE EN LA DESPEDIDA P aulino S ánchez D elgado . (C ronista O ficial de la V illa ) Actos oficiales de la feria de hace medio siglo Parte de los cultos de aquella Semana Santa

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