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Gaceta de La Solana 86 Reportaje G abriel J aime M aría José Padilla es apicultora profesional desde hace poco más de un año. Su trabajo consiste, básicamente, en la crianza de abejas. Un par de colmenas, a modo de hobby, fueron la génesis de la incipiente empresa por la que ha apostado como negocio de futuro. Junto a su marido, Isidro, ha encontrado un nicho de em- pleo desde el emprendimiento en un oficio prácticamente único en la locali- dad y muy escaso en la provincia. Aquellas primeras colmenas se multiplica- ron, arrancando una inversión constante que sigue aumentando hoy. “Cada vez ha- bía más miel y necesitábamos materiales para extraerla, envases, y otros requisitos para comercializarla”, recuerda. Las pri- meras extracciones fueron para consumo propio y familiar. Un antiguo negocio de peluquería también fue clave en la difu- sión. “Todo lo que generaban las colmenas se vendía, así que nos dimos de alta como apicultores, nos afiliamos a una asociación y empezamos el negocio”. Sanidad y Agri- cultura van de la mano en este sector. La línea ha sido ascendente, lo que hizo replantearse su porvenir laboral. “No fue fácil, pero decidí dedicarme a esto y aquí sigo, pasito a pasito y con mucha ilusión”. Y es que a medida que aumentaban las colmenas crecía el tiempo de dedicación y por supuesto, la inversión. Un traje especial de apicultor, colmenas, unos cuantos cuadros donde se almacena la miel, un extractor, una envasadora, bidones y un carro para el traslado fueron el punto de partida (todavía utilizan el sistema manual en todo el proceso). “Necesitábamos algún lugar para mantener el producto con vistas a su comercialización y optamos por el alquiler de una nave en el CIEES (Centro de Iniciativas Empresariales de Economía Social) de La Solana”. ‘DE LAS ABEJAS SE APROVECHA TODO’ Hoy tienen varios colmenares que pue- den estar compuestos por más de un cen- tenar de colmenas. “No todas producen de igual forma ni al mismo ritmo; aquí las matemáticas no son exactas”. A una colmena no se le puede extraer toda la miel para que siga activa”. Las abejas son autosuficientes para su propio alimento “pero si le robamos su producción para el invierno debemos sustituir ese ali- mento en momentos puntuales”. De las abejas se aprovecha todo, espe- cialmente la miel, pero de la colmena también salen otros ‘productos’ como la jalea real, el propóleo, el polen, la cera y hasta el veneno que generan y que se usa para cremas con efecto lifting. Eso sí, “no se puede recolectar todo a la vez de la misma colmena porque nos las cargaríamos”. El polen es lo que les mantiene activas y sin él no producen miel, mientras que la jalea real es el ali- mento de las larvas que son vitales para la reproducción de la especie. “Hay que actuar siempre con cabeza y saber qué es lo que queremos. Podemos extraer producto o multiplicar la colmena, pero las dos cosas no son compatibles”. Uno de los principales componentes de la miel es el agua, y por eso, las abejas deben estar en lugares cercanos al líquido elemento. Poseen sendos colmenares cerca del pantano Vallehermoso y también en La Calera, en unos espacios protegidos del frío y el calor. “También se van cambiando de ubicación dependiendo de la floración delmomento para la polinizaciónque hace posible la producción de semillas y frutos”. Y es que abejas y plantas se necesitan mu- tuamente: Las flores son para las abejas fuente de alimento, y las abejas son para las flores fuente de reproducción. Las abejas como medio de vida María José Padilla se ha hecho apicultora profesional y emprende un novedoso negocio de miel con la ilusión por bandera María José Padilla en plena faena en una colmena

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