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Gaceta de La Solana 62 Entrevista ‘No despedir al ser querido ha dificultado el duelo’ María José Nieto, psicóloga de servicios sociales M aría del C armen A lhambra M aría José Nieto trabaja como psicóloga en el área social del Ayuntamiento de La Solana. Le preocupa la escasa importancia que se ha brindado durante muchos años a la salud mental y asegura que los psi- cólogos han tenido que reinventarse ofreciendo consultas no presenciales. GACETA ha hablado con ella. ¿Qué método o técnicas empleas con los pacientes? Depende de las circunstancias de cada persona. En algunos casos uso la tera- pia cognitivo-conductual, que trabaja los pensamientos e interpretaciones que hacemos sobre la realidad y cómo influ- yen sobre nuestras emociones y con- ductas, así como la forma de remodelar las conductas negativas. En otros casos también hago uso de la terapia más sis- témica, enfocada a trabajar con familias y parejas cuando hay interacciones no adecuadas. ¿Cómo debe ser la relación entre psicólogo y paciente, sobre todo para evitar llevarte ese trabajo a casa? No necesariamente son pacientes, que se relaciona con enfermedad. En mu- chas atenciones que hacemos no hay una enfermedad como tal, sino situa- ciones que generan dificultades emo- cionales, y a veces ni eso. Te consultan porque quieren saber si lo que les ocu- rre es significativo o no, o para preve- nir el desarrollo de patologías. Sobre llevarme el trabajo a casa, recuerdo que cuando empecé tenía una perrita. La vi intentando romper un poco las corti- nas y de repente le grité el nombre de la persona que había estado atendiendo. Me dije ¡ostras! y tomé conciencia de que estaba un poco obsesionada con el problema de esa persona. Hay que saber desconectar para retomar el caso sin toxicidad. ¿Ha cambiado esa visión de que ir al psicólogo es por algo malo? Sigue habiendo prejuicios, sobre todo en gente de mayor edad, aunque tam- bién en jóvenes. La expresión “no voy al psicólogo porque yo no estoy loco” se atribuye a personas de cualquier nivel educativo, edad, inteligencia o situación socioeconómica. La idea de “no voy al psicólogo porque no tengo un proble- ma tan grande” tiene que ver con creer que somos la última alternativa. Y ya, cuando nada te funciona, entonces y sólo entonces es cuando decides ir a la consulta. Lo cual puede ser incluso peor ¿no? Claro. En la medida en que no se busca solución a un problema desde el princi- pio, generalmente irá a más y será más difícil de abordar. Hay muchísimas per- sonas de una determinada edad que te dicen “si esto lo llego a saber de niña, o de niño, no me habría llegado a ver en esta situación”. Otros te dicen “es que yo no creo en los psicólogos”, como si fuera una cuestión de creencias, como si lo asemejáramos a un tema religio- so. Este planteamiento aparece cuando no se entiende que la psicología es una ciencia que estudia el comportamiento, por tanto no se trata de creer o no en ella. También hay personas que dicen “no voy al psicólogo porque no quiero que me manipule ni dejar de ser yo”, y nada más lejos de la realidad. Y siempre a mejor... Por supuesto. Aunque al principio, a ve- ces, haya que pasarlo un poco mal. Eso también lo advertimos, porque todo cambio conlleva una dificultad. Tie- ne que ver también con la idea de que “es que si voy al psicólogo y alguien se entera me va a ver como una persona débil”, y la debilidad no está en ningún sitio. Más bien al contrario. Son muchos prejuicios que poco a poco vamos des- terrando. Se habla mucho de lo importante que es la salud física ¿pero qué hay de la salud mental? ¿Se le da poca importancia? Estamos concienciados de que la salud física es muy importante, pero a la sa- lud mental se la infravalora porque to- María José Nieto atiende a una llamada en Servicios Sociales

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