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Gaceta de La Solana 40 Ha sido Noticia A toda máquina D oce horas de trabajo extenuan- te. Así vive Ramón Jaime, re- partidor de paquetería que repartidores durante el estado de alar- ma han operado a toda máquina para atender la creciente demanda de pedi- dos online. Sólo en La Solana distribu- ye cientos de paquetes diarios. El 14 de mayo, por ejemplo, hizo 211 repartos. APARATOS TECNOLÓGICOS Aunque venía la época de las comu- niones y las bodas, apenas se reparte ropa. El estado de alarma ha arrinco- nado el textil en favor de los aparatos tecnológicos. “Aunque las tiendas de ordenadores han seguido abiertas mu- cha gente no se atrevía a salir y lo pe- día por internet”. Y aunque él trabaja atendiendo pedidos a través de la red, también defiende a capa y espada el pe- queño comercio de su pueblo, el de toda la vida. “Hay muchas pequeñas tiendas y negocios que merecen nuestro apoyo; yo siempre digo lo mismo, quiero que llueva, pero para todo el mundo”. Ramón Jaime, repartidor SEUR en La Solana Al volante de la esperanza A urelio M aroto L a guerra inédita que tantos sanita- rios solaneros han librado –y siguen librando- contra ese enemigo invi- sible tiene, afortunadamente, muchos pa- ladines, todos con su cuota de heroísmo. Médicos, enfermeros, auxiliares, celadores, limpiadores… o conductores de ambu- lancias, que conviven día a día, codo con codo, con el trajín de enfermos que van y vienen a los centros sanitarios. Ellos llevan el volante de la esperanza para muchos en- fermos que necesitan hospitalización. En La Solana, los profesionales que se ponen al volante del transporte sa- nitario vivieron días de zozobra. Al principio les faltaba casi de todo, desde mascarillas a guantes, pasando por una indumentaria corporal adecuada. El lla- mado EPI (Equipo de Protección Indi- vidual) era un producto casi de lujo en los primeros días. Pronto escasearon. “Comenzamos a desinfectarlos para re- utilizarlos”, reconoce a GACETA Diego Gómez-Pimpollo, uno de los conducto- res solaneros. Grabaron un vídeo en el móvil en el que pedían mascarillas. “Me emocionó la rápida respuesta de la gen- te de mi pueblo", afirma. Poco a poco, la situación fue mejorando y se norma- lizó, en gran parte gracias a la respuesta brutal de la ciudadanía, volcada en ayu- dar a estos profesionales, al volante de la esperanza durante esta crisis sanitaria. Dos conductores de La Solana junto a un Soporte Vital Básico

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