Solana281

Gaceta de La Solana 23 Entrevista proceso y afloraron muchas emociones. La tele nos mantenía al día, y por cierto, allí no hay que pagar para verla, jeje. ¿Cuándo ves la luz al final del túnel? Puede parecer irreal pero a estas altu- ras todavía hay túnel porque este virus hace que la recuperación sea muy lenta. Ese túnel nunca fue negro mate para mí, sobre todo por la labor de todos los que me atendieron. ¿Y cómo fue el momento de la salida de la UCI? Muy emotivo. Los profesionales aplaudían y algunos grababan con el móvil, en sus ojos pude ver satisfacción, me llevaba en la cama Víctor el celador. ¿Y el abandono del hospital para volver a casa? Precisamente fue una chica de La Solana quién me recogió con la ambu- lancia en Parapléjicos, así que perfecto. Me recordó las ganas de volver a mi consulta, seguir con los niños que tan- to echo de menos, y en general volver a estar en contacto con mis compañeros y con los solaneros, gente que quiero, noble donde la haya y no lo digo por quedar bien, sino porque los llevo en el corazón. ¿Ahora ya sabrás cómo lo vivieron tus más allegados? Mal, muy mal diría yo, porque iban siendo informados de mi situación y sí conocían la gravedad. Las primeras palabras con mis hijos y mi pareja no se me van a olvidar, así como con mis familiares y amigos más cercanos. Cuéntanos cómo fue ese primer reencuentro… Mis hermanas ymi cuñadome esperaban en lapuertade casa, y aunquenopude abra- zarlos, la alegría de ver a los que quieres es indescriptible. Volver a mirar a mis hijos y a mi pareja me hace recordar unas palabras que han escrito familiares de otros que no han tenido tanta suerte y que definen a la perfecciónmuchos sentimientos: “No quie- ro volverte a ver, quiero verte volver”. Pasado lo peor, ¿cómo es el día a día de tu recuperación? Muy lenta. La enfermedad puede de- jar tocados numerosos órganos. Yo he tenido suerte y solo algunas pequeñas cosas me han aquejado y aquejan, pero creo que con un poco de tiempo y es- fuerzo se solventarán. ¿Cómo crees que será tu vida a partir de ahora? Espero que no cambie en nada. Tengo una familia que quiero y que me quie- ren, un trabajo que me encanta, y unos amigos de los que sólo puedo decir que han estado ahí. No puedo pedir más. ¿Qué le dices a aquellos que se toman esto como una broma? Que este virus es un peligro real, no gas- ta bromas. Que las medidas que se pue- den tomar no tienen garantía de éxito. Que es absolutamente necesario seguir las medidas higiénicas, por seguridad y por responsabilidad, individual y colecti- va. Que se ha ido mucha gente y que no podemos permitirnos un rebrote. Y por último, aunque sea difícil, que escarmien- te el incrédulo lo antes posible en cabeza ajena, le irá mejor a él y a los demás. ¿Y cuál es la mejor lección que te ha dado este lance? La mayor lección es de humildad per- sonal, humanidad de la sociedad en general, valentía de los profesionales en cualquier ámbito y responsabilidad de la Administración. No importan los errores que se hayan cometido, se depu- rarán responsabilidades con seguridad, pero lo que no podremos permitir es otra situación como la que hemos vivi- do. Esto sí sería imperdonable. Alfonso Muñoz en la puerta del Centro de Salud

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