GACETA DE LA SOLANA Nº278

Gaceta de La Solana 36 Semana Zarzuela ‘Sentía que mi hermano estaba allí, él me ayudó a ganar’ Cecilio Gª Cervigón gana el prestigioso Open Nacional de Ajedrez para ciegos L as emociones se acumularon de pronto. Hacía meses que no en- trenaba, ni estudiaba -porque un buen ajedrecista nunca deja de es- tudiar-, pero logró lo impensable para él dadas las circunstancias: ganar ese torneo tan importante. Fue el 4 de oc- tubre cuando Cecilio García-Cervigón se proclamó campeón del XXIII Open Nacional de Ajedrez para ciegos, orga- nizado por la FEDC (Federación Espa- ñola de Deportes para Ciegos), celebra- do en Almúñecar (Granada). Un torneo de enorme prestigio en el mundo aje- drecístico y que ya había cosechado en 2002 en Altea (Alicante). La singularidad es que Cecilio llegaba a Almuñécar sin la preparación habi- tual. Ni siquiera con la motivación de ganar, sino de volver a disfrutar de su gran pasión: el ajedrez. La pérdida de su hermano Juan Pablo, alma gemela y compañero de fatigas en los tableros y en la vida, ha cambiado su visión global en muchos sentidos. Sin embargo, llegó, vio y triunfó. Una proeza si tenemos en cuenta que allí estaban los mejores de España. Ajedre- cistas que, ciegos o defcientes visuales graves, juegan al ajedrez como los án- geles, con tanto o más nivel que algunos de los mejores sin defciencia visual. Nuestro representante jugó un sistema suizo a siete rondas, que parte de un ranking previo que va enfrentando a los jugadores dependiendo de su pun- tuación, a fn de equilibrar los enfrenta- mientos según su nivel. ‘Es tan simple como memorizar’ Cecilio es ciego total. Le ponen el tablero sobre la mesa y ni siquiera llega a tocar las piezas. “Es tan simple como memo- rizar los movimientos”, ironiza. Por este orden, ganó a una gallega, a un zarago- zano, a un vasco; después hizo tablas con un asturiano, con un catalán, y ganó a un ibicenco, precisamente la partida decisi- va. “Donde realmente me jugué el torneo fue en la sexta partida porque el de Ibiza era el número uno del ranking”. Le bas- taba hacer tablas en la séptima y última partida y, en efecto, forzó el empate para asegurarse el campeonato. Cuando le preguntamos cómo pudo ganar un torneo tan exigente sin pre- paración previa, su respuesta es tajante: “Sentía que mi hermano estaba allí, me emocioné en muchas partidas pensan- do en él y seguro que me ayudó; de lo contrario hubiera sido imposible con- forme se prepara la gente hoy en día. En el mundillo ajedrecístico, Cecilio García-Cervigón tiene fama de jugador posicional, paciente y de jugadas largas. En el argot se llama ‘a cerrar el juego’, aunque siempre agazapado a la espera de un ataque súbito, como los buenos predadores. Y tiene clara una cosa. “Un invidente puede estar al nivel del mejor vidente, porque es el único deporte en el que nos podemos equiparar”. “He ju- gado miles de partidas con videntes y he ganado muchísimas veces” Cecilio sobre un tablero del que memoriza los movimientos Competir para disfrutar A su edad, Cecilio García-Cervigón ha cambiado el chip. “El ajedrez le sigue gustando con locura y cuando me siento en la mesa quiero ganar, pero ya no me como el coco a la hora de preparar una partida”, dice. “Me lo monto como unas vacaciones y principalmente lo hago por ella”, en referencia a Oriana, su actual pareja. Además, los años no pasan en balde y la fatiga mental se acusa. “Si las partidas se alargan a cuatro o cinco horas me canso mucho; ya no tengo veinte años”. Por eso juega torneos de mañana o de tarde, pero no de todo el día. Ya no está para esos trotes. O sea, se dedicará a competir para disfrutar, sin más. Ya ha dado muchos días de gloria al ajedrez solanero, incluido su impagable trabajo de cantera en la extinguida escuela municipal. “Me apenó mucho que se perdiera”, lamenta. Los tiempos cambian, y no siempre para bien.

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