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Gaceta de La Solana 77 Nuestra Historia ofreció diariamente obras. Cada noche, el denominado Gran Teatro Regional, adaptaba obras clásicas o seriales radio- fónicos llevados a escena, a las que se añadía cada noche actuaciones musica- les en directo. Al coincidir con la Semana Santa, realizaron una puesta en escena de la Pasión de Jesús, que anunciaban así en una octavilla de la época: “Durante los días de Semana Santa; Martes, Miérco- les, Jueves y Sábado Santo podrá ver en el escenario de este teatro la representación del grandioso drama sacro en 10 cuadros NAZARENO, el mártir del Calvario. Pasión y muerte de Nuestro Señor Jesu- cristo”. El Gran Teatro Regional se despidió el Domingo de Resurrección con tres funciones. A las 4 de la tarde anuncia- ban una gala infantil a cargo de los pa- yasos “Pepín y Eduardín”, y a las 6,30 y 9,45 la despedida de la compañía se rea- lizó con el “Drama radiofónico de Gui- llermo Sautier Casaseca LA INTRUSA”, “¡Un relato apasionante en el que usted vibrará de emoción!”. CAMBIO DE ALCALDE En marzo se produjo un cambio en la alcaldía. El médico Manuel Díaz Sirgo dejaba el cargo ante la agobiante atmós- fera creada en torno a su gestión por un grupo de personas que finalmente se salieron con la suya. El nuevo alcal- de sería Francisco Arroyo. En el plano educativo, los padres del Instituto (aún Sección Delegada) pedían impartir 5º de bachillerato. En cuanto a fiestas anuales, pocos eran los actos de Navi- dad, salvo la Cabalgata de Reyes la no- che del 5 de enero y, al día siguiente, la misa en la parroquia y la posterior vi- sita a la Guardería y al Asilo. San An- tón languidecía por la paulatina ausen- cia de animales de tiro, mientras que los vecinos de San Sebastián luchaban por mantener la fiesta en su barrio y la Virgen de Peñarroya viajaba en enero, como de costumbre, a su Castillo. CARNAVAL Y SEMANA SANTA La llegada del Carnaval, oficialmente estaba prohibido, era una cita obligada, principalmente lunes y martes. No obs- tante, cada vez se veían menos máscaras y murgas en las calles, mientras que los bailes no daban descanso, con sesiones de mañana, tarde y noche en el Casino y el Cine Cervantes. La Semana Santa en aquellos años 60 continuaba desta- cando por un estilo austero castellano, con las imágenes portadas a hombros, si bien en 1968 comenzaron a desfilar con ruedas dos pasos de la Vera Cruz: Jesús Orando en el Huerto y el Cristo del Amor ante la falta de nazarenos. Al concluir la procesión del Entierro de Cristo en Santa Quiteria, la noche del Viernes Santo, la Virgen de la Soledad era trasladada por la calle de su nombre a la parroquia y en la tarde del sábado trasladada nuevamente a Santa Quite- ria acompañada sólo por mujeres, ce- lebrándose posteriormente el sermón de Soledad. El programa de 1968 anun- ciaba para la tarde del Sábado Santo la procesión de la Soledad: “6 de la tarde. Procesión de la Soledad y sermón en Santa Quiteria”, aunque finalmente no se celebró por la lluvia y el año siguiente no figuró en el programa ante los cam- bios del Concilio Vaticano II. CELEBRACIONES DE PRIMAVERA Y VERANO Hace medio siglo no habían llegado aún las celebraciones festivas en los barrios solaneros, pero sí se festejaba a San Isidro con concursos y procesión que organizaba la Hermandad Sindical de Labradores y Ganaderos. Las Hijas Programa teatral de la Semana Santa de 1968

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