Gaceta de La Solana
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Feria 2014
A
urelio
M
aroto
E
n tiempos de apretu-
ras hay que darle al
coco. Festejos volvió a
organizar una Feria y Fiestas
de Santiago y Santa Ana aus-
teras a más no poder, pero a
la vez diversa y con ofertas
para todas las edades. Sin ci-
fras concretas porque no se
han dado a conocer, el respon-
sable del área, Luis Romero de
Ávila, ha vuelto a presumir de
haber organizado una feria
muy completa “con uno de los
presupuestos más bajos de los
últimos años”.
La realidad es que, al mar-
gen de los festejos oficiales, la
feria de La Solana ha vuelto a
dejar constancia de lo que es,
una de las más importantes y
concurridas de la provincia.
Más de cien feriantes se insta-
laron para atender la deman-
da de miles de personas cada
noche. Sin ánimo de compa-
rar con el perfil de otras ferias
colindantes, está claro que
Santiago y Santa Ana es una
cita de obligado cumplimien-
to, no sólo para los solaneros,
sino también para mucha
gente de los alrededores. *
Con la austeridad por bandera
¿Quién izará
la próxima
bandera?
El jueves 24 de julio quedó in-
augurada la Feria-2014. Y fue
la última de la actual Corpora-
ción Municipal. El alcalde, Luis
Díaz-Cacho, bajó acompañado
por sus colegas de la oposi-
ción, Francisco Nieto y Bernar-
do Peinado, en un signo de nor-
malidad institucional que esta
revista siempre ha destacado.
La comitiva encabezó quizás
el momento más mágico de
toda la feria, con su desfile de
gigantes y cabezudos, corte de
cinta e izada de bandera. Igno-
ramos si mientras las autorida-
des municipales miraban cómo
subía la enseña local pensarían
quién ejercería ese privilegio
el próximo año. Lo importante
es que todos nos volvamos a
ver allí, junto a la fuente cen-
tral para vivir ese momento tan
especial.*
P
edro Ramón Ocaña
no es ningún desco-
nocido en La Solana.
Todo lo contrario. Es un
hombre muy popular en-
tre grandes y pequeños. Su
ejecutoria profesional, su
rrotas gigantes de caramelo
como premio gordo o el tra-
queteo del trenillo. No olvidó
la época del Club Bahía, con
aquellas orquestas. “Allí nos
recibía Carmela con su traje
de noche y nos atendía Agus-
tinillo, Vicente Rause y Parri-
ta ¡qué trío de barman!”.
También habló del barrio
donde nació, en la calle An-
cha. “¡A por migas!” decían
los chiquillos cuando levan-
taban la pícula. Por allí esta-
ba la cordelería de Arroyo,
la carretería de Simarro, la
guarnicionería de Manolo, la
puñería o la fragua del her-
mano Manuel Minutos.*
compromiso con la cultura
local y su impronta personal
le valieron el atril de prego-
nero de nuestra fiesta mayor.
Paulino Sánchez, Cronista
de la Villa, lo presentó como
“un feliz jubilado” y la Ban-
da Municipal, en la que lleva
medio siglo, tuvo un amplio
protagonismo.
Ocaña rememoró las ferias
de su niñez, con los futbolines
del Chato, los tirapichones, el
olor a tómbola con esas ga-
Un pregón de recuerdos
Izada de la bandera.
El pregonero saluda junto a la banda municipal.
L
a barriada del Santo
ocupó gran parte de su
vida, personal y pro-
fesional. “No hay barrio más
solanero” –afirmó-. Y hablar
del Santo es hacerlo del espar-
cómo no, su cuarto de siglo
largo ejerciendo en el colegio
El Santo, con su formación en
la “UDA”, acrónimo de Unión
Demócrata Académica. Puro
juego de juventud.
to. “Parece que estoy viendo
los baleos, esteras, aguaderas,
espuertas y capachos desde
la esquina del hermano Juan
Vasquiña hasta la esquina de
la ermita de San Sebastián”. Y,
La Banda Municipal fue in-
tercalando interpretaciones
a la orden del pregonero y al
final, muy emocionado, reci-
bió a sus nietos en el escena-
rio del Tomás Barrera.*
El barrio más solanero