Gaceta de La Solana
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Entrevista
Gimnasia, Tai-chí, Memoria y Área
de Salud, son casi exclusivamente fe-
meninos. Igual ocurre con Bailes de
Salón, Bailes Regionales y Coro. En
Lectura y Escritura y Nuevas Tecno-
logías, que empezaron con más hom-
bres, ya hay paridad. Participan casi
igual en fortalecer la lectura com-
prensiva y en acceso a las nuevas tec-
nologías.
¿Cómo se perciben las personas
mayores ahora mismo?
Muchos manifiestan sentirse feli-
ces, motivados para cuidarse y evitar
o retrasar la pérdida de autonomía.
Interesados en relacionarse con sus
familiares, seleccionan su tiempo de
ocio, con necesidad de sentirse se-
guros económica y socialmente para
mantener su independencia. Y cada
vez tienen más ganas de ser protago-
nistas de las políticas que afectan a
sus vidas.
¿Qué demandan, cuáles son
sus inquietudes en general?
Demandan conocimientos de hábitos
saludables, ejercicio físico, acceso a las
nuevas tecnologías y participación en
actividades de la comunidad. Se perfila
cada vez más el papel del voluntaria-
do. De hecho, tenemos cuatro monito-
res voluntarios en Lectura y Escritura,
Nuevas Tecnologías, Bailes Regionales
y Bailes de Salón.
¿Qué influencia ha tenido
la mujer? ¿Cómo han cambiado los
roles sociales?
Ha contribuido a normalizar la vida
del centro. Hace años, las mujeres an-
siaban salir de casa y viajar, lo que su-
puso salir del rol tradicional en el que
estaban. Ahora, esos roles son más
flexibles, los hombres colaboran en casa
y en el cuidado de nietos. Aunque ellas
dedican más horas, la situación ha cam-
biado. Las mujeres empiezan a ser igual
de selectivas con su ocio.
Entonces, ¿La mujer mayor solanera
se ha “emancipado” en cierta medida
gracias al Centro de Mayores, o es
mucho decir?
Ha evolucionado mucho, pero que-
da camino por recorrer. Debemos te-
ner en cuenta la diferencia entre una
mujer de 60 años y otra de más de 90.
Sus vivencias son generacionalmente
distintas.
Pero su presencia sigue siendo escasa
en los órganos de representación del
centro ¿no?
Es verdad. Si el Centro de Mayores de
La Solana empieza a funcionar en 1979,
no aparece ninguna mujer candidatas
hasta 1990, y no son elegidas hasta 1999.
En la actualidad, de 8 componentes, 7
siguen siendo hombres, una contradic-
ción cuando las mujeres participan más
en las actividades.
Por cierto ¿Qué papel juega
el Consejo de Mayores?
Constituye el Órgano de Representa-
ción de los socios/as. Su función con-
siste en conocer, valorar y canalizar sus
propuestas en cualquier materia, desde
el funcionamiento del centro hasta la
determinación de Actividades de Enve-
jecimiento Activo.
¿Cuál es vuestra relación
con el Consejo?
A nivel profesional, prestamos el ase-
soramiento técnico que nos deman-
dan. A nivel personal, se crean lazos de
amistad y buenas relaciones. Salvando
algunas diferencias lógicas de forma de
entender el funcionamiento del Centro,
resulta muy enriquecedor.
¿Cómo afecto el trasvase
de competencias a la Junta en 1995?
Tiene su parte positiva y negativa. El
IMSERSO se ocupaba de Servicios So-
ciales Especializados. De hecho, sigue
llevando a cabo programas como Terma-
lismo Social o Vacaciones para Mayores
y otros proyectos de estudio e investiga-
ción. La Junta ofrecía más cercanía, pero
menos especialización. La etapa inicial
fue la de mayor interés, y la última, la ac-
tual, está dominada por los recortes.
¿Los talleres de formación y
envejecimiento activo son, digamos,
el buque insignia del centro?
No puede ser de otra manera. La filoso-
fía del envejecimiento activo potencia las
capacidades de las personas cuando en-
vejecen para llevar una vida productiva
en la sociedad. El término “activo” se re-
fiere a la participación en asuntos socia-
les, económicos, culturales, espirituales y
cívicos. Este es nuestro referente.
¿Qué ha significado la llegada
de las nuevas tecnologías?
Nos ha cambiado a todos la forma de
concebir el mundo y las comunicacio-
nes. El acercamiento de los mayores se
hace poco a poco y es más frecuente
en los nuevos jubilados. Con los tradi-
cionales se corre el riesgo de caer en la
“brecha digital”, que crea una situación
de desventaja social.
¿Cómo se ha notado, y se sigue
notando, la crisis en el centro?
Se nota en la desesperanza y la intran-
quilidad que produce esta situación a
las personas mayores. Los cambios han
sido rápidos, imprevisibles y profun-
dos. Les preocupa la situación de paro
que viven sus hijos y sus nietos. Por otra
parte, no existe dotación económica
alguna para el Programa de Envejeci-
miento Activo.
¿Los socios asumen que deben pagar
por algunos talleres?
No les queda otra solución si quieren
beneficiarse de talleres como Gimna-
sia, Tai-chí, Memoria y otros que ges-
tionan empresas externas. El problema
se da con aquellos que entre el copago
sanitario y hacerse cargo de hijos/as en
paro, no pueden costearse la actividad.
Es injusto.
Háblame del Centro de Día.
¿Qué encaje tenía en el centro?
Cumplía el objetivo de ofrecer ser-
vicios asistenciales y de atención so-
cial que fortalecían la permanencia
de los mayores en su entorno y me-
joraba su calidad de vida. Es uno de
los mejores recursos creados para la
atención a mayores con pérdida de
autonomía personal y encajaba per-
fectamente aquí.
¿Se dijo toda la verdad con
su traslado al geriátrico? ¿Por qué?
Hay detalles que no todo el mundo
conoce sobre su funcionamiento. La
precipitación y la falta de consenso por
parte de la Junta fue el mayor obstácu-
lo para su continuidad. La prioridad de
lo económico frente a lo social jugó sus
bazas. Buscar otras soluciones sin tiem-
po resultó difícil.
¿Por qué es importante no dejar
de invertir en nuestros mayores?
Invertir en envejecimiento activo
atenúa el gasto en sanidad y retarda la
pérdida de autonomía en las personas
mayores. Es propio de sociedades inte-
ligentes y solidarias implantar políticas
que lo potencien.*
